sábado, 29 de marzo de 2014

Koans

Ayer una amiga me leyó un fragmento de un libro que leía, un maestro zen intentaba explicar lo que es un koan, entendí que decía que se trata de preguntas que un maestro hace a un alumno para que se tome su tiempo en responderlas, acertijos a menudo sin solución en el que el discípulo debe usar su imaginación y romper con las reglas de lo que sabe, cuenta que hay koans que se pueden resolver rápido y otros que se tardan años, también que un mismo koan puede tener muchas soluciones y cuantas más vueltas le des más cerca estarás de la verdad.


Ponía un ejemplo, como se podría sacar un camello que se encuentra encerrado en una botella sin romper la botella ni dañar al camello: mi respuesta fue rápida, si el camello está dentro tubo que poder entrar, nadie habla del tamaño de la botella, así que me la imagino gigante y lo saco con una grúa. la respuesta del libro era parecida, aunque decía que la botella estaba tumbada y si le ofrecías comida el camello saldría (enseguida pensé que me gustaba complicarme la vida con la grúa) pero la historia continuaba diciendo que así no seria del todo correcto ya que el camello no estaría encerrado si es libre de salir (lo que estaba suplido por mi teoría de la grúa), la historia seguía siguiendo y decía que tal vez el discípulo, con los años, pudiera llegar a la conclusión que camello y botella son lo mismo y por tanto no tenga sentido sacar nada de ningún lugar (muchas vueltas requiere eso para mi)... no pretendo hacerme zen ni parecerlo, pero si que me hizo pensar en lo que dije. Nadie nos ha dicho como es la botella, nosotros podemos imaginárnosla como nos de la gana...


Eso pasa habitualmente, la pregunta es porque a veces nos gusta imaginarnos la botella grande y otras pequeña y como hacer para darnos cuenta a tiempo y cambiar de pensamiento...

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